Leyenda coreana
La princesa Hwangok era una sirena, mitad mujer, mitad pez, que
vivía en el lejano país de Naranda. Un país imaginario de sirenas y tritones.
Un día la princesa se casó con el rey Eunhye, del reino legendario de Mugung. Su
abuela le dio una gran bola de jade amarillo que la convirtió en una hermosa
mujer. Y así pudo vivir con el rey en la isla de Dongbaek.
Sin embargo la princesa echaba mucho de menos su país y su
familia, por lo que siempre estaba muy triste. Un día, al ver el rey que la
princesa siempre estaba triste le dijo que, si reflejaba la luz de la luna
llena en el jade amarillo, podría ver a través de la piedra a su familia. De
esta manera la reina Hwangok vivió mirando a través del jade amarillo para
poder estar en contacto con su familia. Dicen que gracias al jade amarillo
volvió a convertirse en sirena y por tanto vivió nadando alrededor de las aguas
de la isla Dongbaek donde todavía hoy puede sentirse el llanto y el dolor de la
princesa por estar lejos de su país y su familia.
La estatua de la princesa Hwangok se encuentra en la isla Dongbaek. Esta isla actualmente está completamente unida a la península coreana, y tiene una zona muy bonita para pasear, con un parque que ocupa toda la isla, y también tiene un faro y el edificio Nurimaru. Desde Dongbaek se pueden ver las playas de Haeundae por un lado y de Gwangalli por el otro.
La estatua de la princesa Hwangok se encuentra en la isla Dongbaek. Esta isla actualmente está completamente unida a la península coreana, y tiene una zona muy bonita para pasear, con un parque que ocupa toda la isla, y también tiene un faro y el edificio Nurimaru. Desde Dongbaek se pueden ver las playas de Haeundae por un lado y de Gwangalli por el otro.
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